Era ya pasado el mediodía,
quería probar algo, así que el clima sin viento era perfecto.
Primero deje una bolsa
con harina, bien seca, luego utilicé un frasco llevando alquitrán, use refuerzo
en mi cuerpo, para lanzar la bolsa con harina sobre los Lizanma, rápidamente
use el arco y con una flecha, golpeé la bolsa sobre sus cabezas, lo que hizo
que la harina cayera sobre ellos.
Había hecho una mecha
en el frasco con alquitrán, encendiéndola, la lancé a los lagartos bípedos y me
lancé al suelo.
Una gran explosión
absorbió a los Lizanma, tras ella, el alquitrán en el frasco, seguía quemando
el pasto y había incendiado algunos árboles del bosque.
–Demasiado poder
explosivo, debí considerar mejor el entorno antes de este experimento.
–¡¡¿Qué diablos fue
eso?!!
Gritando su pregunta
Astera.
–Una bomba de polvo, al
menos eso intentaba lograr, pero es difícil si el clima no ayuda.
–¡¡¿Eso no fue magia de
fuego?!!
Lisina preguntó a los
gritos también.
Ah claro, ellos
quedaron ensordecidos por la explosión, bueno yo había preparado tapones para
ello.
–No fue magia, al no
haber viento, el polvo de la harina se mantuvo en el aire, al incendiarlo, hizo
una reacción en cadena y lo que vieron fue el resultado.
–¿Qué hubieras hecho si
eso fallaba?
Esa pregunta de Gunter
me agarró por sorpresa, no por la pregunta, si no que el no estaba gritando.
–De no funcionar,
hubiera usado otros frascos de aceite y los hubiera hecho arder, si eso no
funcionaba, tengo varios tipos de venenos.
–¿Si esas cosas no
funcionaban?
Les señale el arco y
dije.
–Conozco las partes
blandas de su cuerpo, solo era cuestión de dejarlos como un alfiletero hasta
que caigan.
Ellos estaban
asombrados, por la cantidad de planes, que había maquinado antes de
enfrentarlos.
–Ahora comprendo la
cantidad de objetos que traes.
Todos asintieron a la
par de oír esas palabras de Trifas.
–Supongo esta todo
despejado.
Dijo Rendo, mientras
levantaba las partes dispersas de los Lizanma.
–Quisiera unas muestras
de sus escamas, podría encontrarles un uso.
Rendo me veía con cara
de póker. Tal parece que ya nada le sorprende de mí.
Seguimos la ruta del
río, sin encontrar más que un par de Lizanmas, los cuales fueron despachados
por el equipo de Astera, quienes no querían ser menos que yo.
La lucha frontal contra
ellos, resulta ser dura en comparación a mis tácticas de guerrilla, ya que uno
debe detenerlo, mientras otro ataca sus flancos débiles.
Tras caminar varias
horas con pocos enfrentamientos, encontramos un campamento de unos Godes, las
mismas criaturas que habían apresado a Lina.
Había una cantidad
mayor de treinta, eso no era bueno, podrían iniciar una estampida a la ciudad
si se reúnen más.
Rendo llegó para dar
información adicional.
–Ese no es el grueso de
su grupo, tienen cincuenta más río arriba
Ochenta no es un número
que pueda acabar con facilidad, pero estos treinta, estoy seguro de poder
contra todos ellos.
–Astera ¿Crees que
ustedes pueden derrotar al grupo de cincuenta?
Su rostro se puso azul,
tal parece que eso es demasiado.
–Esas preguntas no se
hacen, ¿Acaso planeas enfrentarte a este grupo?
–Si, tengo un plan para
acabar con ellos, si termino antes, iré a asistirlos.
–Escucha mocoso, deja
de creerte tanto, si esa cantidad de Kal-Godes te atrapan, serás un mero
recuerdo.
Comencé a reír al
oírlo, esas cosas no podrían ganarme nunca.
–¿Cuál es la gracia?
–Lo diré, es cierto que
ando sobre confiado, eso es porque tengo experiencia contra ellos, pero también
es por sus números.
–¿Qué tienen sus
números?
Volvió a preguntar
Rendo.
–Esos números
significan que hay algo que los mueve, reunir esos números en poco más de tres
meses, es absurdo.
–¿Tres meses de qué?
Suspiré tras esas
palabras.
–Tres meses desde que
acabé con números similares.
Volvió el silencio.
–No importa la
cantidad, hay que cazar al que los mueve, sino, va a ser un ciclo sin fin.
Terminé explicando el
problema real.
Astera me agarró del
hombro y me llevó hasta él.
–Dices que algo los
mueve, sin embargo no hay gobernante en este bosque.
–Mate al gobernante del
bosque, aun así ellos no le seguían, por eso puedo decir que hay otro enemigo, este
es aún más problemático.
–Escucharon muchachos,
tenemos un buen trabajo esta vez, a ver si subimos al rango B si es un agente
de la calamidad.
Todos alzaron sus
puños, sin embargo comenzaba a caer el sol, debíamos apuntar a un refugio,
luego de acabar con ellos.
–Falta poco para la
tarde, acabemos con ellos, luego de eso, conozco una buena cueva, la cual
podríamos aprovechar para descansar.
–Y ¿Cuál es el plan
pequeño Kyle?
Esas fueron palabras
del enorme Gunter.
–Yo usaré veneno para
acabar con este grupo, por ello prefiero que vayan al otro, sin embargo, sus
números son altos, así que puede que varios sobrevivan por lo que, no podré ir
rápido a alcanzarlos.
–Entonces tu toma este
grupo, Lisina, en esta ocasión la mayor parte la dejaremos en tu magia, los
provocaremos y en eso, tu descargaras tu magia sobre ellos.
Todos asintieron, aunque
detuve a Gunter antes de que se fuera.
–Cubre a Lisina,
parecen tontos, pero tal vez esperen ser atraídos a su trampa y matarla.
–Me encargo de
ello.
Luego si se fueron,
dejándome solo para llevar mi nuevo plan a cabo.
Eso de usar veneno solo
era una excusa, con esto podre averiguar la ubicación de su líder.
Antes de comenzar el
ataque, junte algunas plantas con un aroma demasiado fuerte, las molí para
generar una pasta apestosa, luego lo guarde en un frasco vacío y el resto en
una bolsita, el propósito, es usarlas de rastreador.
Lancé una magia de agua
un poco mayor, ya que no se enteraron, el agua comenzó a caer sobre sus
cabezas, luego lancé una de mis cuchillas conectada a uno de mis nuevos
alambres, con esto, llamé su atención y a la vez active magia eléctrica,
utilice mucha energía mágica en eso, por lo que aun que acabé con casi todos,
no iba a poder abusar de ella por lo que queda del día.
Ocho aún estaban en
buenas condiciones para hacerme frente, solo ocho.
Desenvaine mi espada en
mano derecha, mientras que en mi mano izquierda llevaba una daga tras mi
espalda.
Tres de ellos se
lanzaron al unísono en mí contra, lo que llevo a que mi espada acabara con dos
y la daga al restante, en lo que podría llamarse una danza de la muerte.
Los cinco restantes,
aterrorizados por la escena, comenzaron a huir.
Sin darles tiempo a
actuar, sostuve el arco y usando tres flechas, acabé con dos de ellos.
–Tsk... Debo practicar
más con el arco.
Comencé a correr tras
los tres restantes, saqué una cuchilla y usando magia eléctrica en ella, se la
lancé a uno, el cual quedo incapacitado, luego a otro le lancé la bolsita
apestosa y al último, simplemente le disparé tres flechas para asegurarme.
Me senté un momento a
pensar si ese plan serviría, luego regresé a acabar con aquellos que aún no
habían muerto.
Descanse un poco más,
meditando para recuperar algo de energía mágica, tras lo que me puse en pie y
me dirigí a donde estaba el resto del grupo luchando.
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